Apagones postelectorales

Esta semana se me hizo eterna. Agosto nos llegó de repente y no nos dimos cuenta. Desde el 28 de julio, cuando el CNE anunció esos resultados inventados, estamos expectantes sobre el rumbo de nuestro país.

Ha pasado más de una semana y el CNE no muestra las actas, pero esta vez sí tenemos las pruebas que demuestran el fraude y nadie nos puede “meter gato por liebre”. El equipo del Comando Con Vzla hizo un trabajo impecable, donde los grandes héroes fueron los miembros y testigos de mesas. Para ellos, todo mi agradecimiento. ¡Son unos cracks!

Algunos dicen que la OEA nos abandonó porque no hubo consenso sobre Venezuela, pero yo pienso que están estudiando el desarrollo de los acontecimientos.

Lo que sí me queda claro es que volvieron los apagones después de las elecciones, que en muchas zonas no han vendido gasolina. Bueno, le suspenden el suministro a los carros del pueblo, léase los autobuses.

La represión y persecución de los cuerpos de seguridad ha sido brutal: meten presos a aquellos que protestan pacíficamente, buscan a alcaldes y dirigentes de oposición, a quienes también los enrejan. No dejan que los detenidos vean a sus familiares y mucho menos que sean asistidos legalmente por un abogado privado. Según Maduro, la cifra de detenidos ya llega a unos 2.000, aunque el Foro Penal hasta el 5 de agosto registra 1.010 arrestos, de los cuales 91 son adolescentes.

Lo más lamentable es que varios hogares hoy están de luto. Según Human Rights Watch, al menos 20 personas fueron asesinadas en el contexto de las protestas post-electorales.

A pesar de esta arremetida, que viola los derechos humanos de muchos venezolanos, la gente sigue dando un ejemplo de civismo y humanidad, pues todo el país rechaza la violencia. Quienes realmente quieren un cambio siguen manifestando cada vez que los llaman, pero en paz. Aquí no hay espacio para la violencia.

Eso me llena de esperanza, ver a mi gente firme en sus convicciones en medio de la paz. Debemos buscar soluciones en el marco de la legalidad y siempre en forma pacífica.

Vi cómo ya el fin de semana la actividad económica se iba “normalizando”, porque en la semana muchos no abrieron. Salimos a trabajar, pero todos seguimos pendientes de qué va a pasar en nuestra Venezuela.

Bueno, te dejo, voy al laburo. Estamos pendientes. ¡Dios nos proteja!