Aquel 23

Han pasado ya 66 años desde aquel 23 de enero que abrió las puertas de la democracia en Venezuela. Increíble, y es como si la historia se repitiera, que hoy estemos en la misma lucha: tratando de recuperar al sistema democrático. Ni en mis peores pesadillas pensé que ese 6 diciembre de 1998, cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia de la República, marcaría el inicio de una las más terribles épocas que hayamos vivido los venezolanos.

¿Será que no hemos aprendido nada? Pues mi esperanza es que sí hayamos aprendido y este año tenemos una nueva oportunidad de abrir un camino hacia la transición democrática VOTANDO y defendiendo nuestra soberana voluntad.

Todos sabemos que esta es una lucha de largo aliento y que el régimen seguirá persiguiendo, acosando y encarcelando a quienes alcen su voz disidente, tal como ocurrió con el sindicalista de Barinas, profesor Víctor Venegas, que a la fuerza lo arrestaron, violando sus derechos humanos.

A pesar del amedrentamiento, hoy los trabajadores están en la calle, protestando por sus derechos laborales, porque el chavismo acabó con todo. Con decirte que se necesita, al menos, 140 salarios mínimos para comprar una canasta alimentaria.

Porque vivir de la caza, la pesca, la recolección, como en la Prehistoria, obvio que no es una opción. ¡imagínate! Yo me pregunto: ¿Cómo producimos más alimentos si los “rojitos” expropiaron tierras y empresas? ¿Cómo llegamos a una estabilidad económica? Pero no quiero ser injusto y debo reconocer que sí hay un logro de la revolución: alcanzamos la igualdad… Todos somos iguales, pero en la pobreza.

Algunos ganan más, porque se rebuscan y no trabajan para vivir, sino que viven para trabajar. Y hay quienes no aguantan la “pela”, porque es una calamidad pasar horas buscando agua, gasolina, con apagones. ¿Eso es vida? No, primo, no lo creo.

Aquí hay que ponerse las pilas y presionar para que el CNE dé una fecha para la elección presidencial. A esta gente hay que tenerla vigilada, no vaya a ser que se pongan “creativos”. Necesitamos que la llamada “Generación del 1958” sea emulada por la “Generación de 2024”, pacífica y democrática, apoyando una contienda electoral sin dejar que nada nos desmotive.

Me voy rapidito, voy a participar en la marcha de los gremios. Vamos a ver si esta vez nos escuchan y logramos algo. Dios te bendiga.gión.