De aquellos polvos vienen estos lodos

Me escribió el primo Alfredo Marcano Simosa y me cuenta sobre la debacle económica que hemos sufrido en el país. Tiene razón, vale. Desde los tiempos de Hugo Chávez, le han dado hasta con el tobo a las empresas, que son las que generan empleos y potencian el progreso. En modo supervivencia están muchos venezolanos. “De aquellos polvos vienen estos lodos”, como dice el refrán.

Por ejemplo, antes entraba un realero por la pesca. Claro, hay pescadores que siguen echándole pichón, pero aún no llegamos a aquel nivel de producción. En el campo la cosa no pinta diferente. Es una tarea titánica, sin insumos, con las carreteras vueltas chicha, ahora hasta con los indígenas en contra porque se han unido a grupos irregulares y encima no hay gasolina, aunque los mafiosos siempre tienen.

Ni hablemos del servicio eléctrico, porque tal vez en Caracas no se siente tanto, pero en el resto de Venezuela esto es una oscurana eterna, que también está afectando demasiado a la productividad de las empresas. Los apagones son el pan nuestro de cada día en muchas regiones.

Ahhh ni hablar del agua por tubería, eso es un lujo para muchos. Cuando llega el agua, hay otro problema que es resultado de la desidia: se desbordan las cloacas, que no solo enferman a la gente, sino que también amenazan al medio ambiente. ¿Cuándo en la vida nos íbamos a imaginar esto?

Hay una fecha: el 28 de julio. Ahí con el voto podríamos comenzar el cambio que necesitamos en el país, y te cuento que ya hay un gentío resteado. Aún está lejos de ser una elección justa, libre y transparente, la verdad sea dicha. Por eso necesitamos fuerzas no solo para votar, sino para defender nuestra soberana decisión a la hora del conteo para que no nos metan gato por liebre, como dice el primo Pilar Antonio García: “Hay que organizarse para tener éxito”, a pesar de las “tácticas para desmotivar”.

Bueno, me voy, tengo que adelantar trabajo, no sea que “Juana la iguana” ataque como me contó el primo Alcides González de Cabimas, y me quede a oscuras. ¡Dios te bendiga!