El que persevera alcanza

Estos últimos días estuvieron revueltos: la “Furia Bolivariana” se desató con amenazas, vandalización de sedes de partidos y otras organizaciones, y dirigentes de Vente Venezuela secuestrados por organismos de “seguridad” del Estado. Y para cerrar la semana pasada con un sabor amargo, lanzaron como siempre las bombas de los viernes, esta vez desde el TSJ, aunque ya uno se imaginaba lo que podía venir ¿Nos sorprende? No nos sorprende, porque los chavistas no quieren soltar el coroto.

Es evidente que están poniendo todas las trabas posibles para que no haya elecciones libres, justas, transparentes. Ahí están los chamos que no pueden inscribirse en el CNE, las detenciones arbitrarias, la persecución, son muchas cosas. Aunque hablando con la prima Micaela, ella tiene razón: intentan distraernos y desviar nuestra atención.

¿Distraernos de qué? Bueno, de todos los problemas, de ir a un hospital y no conseguir quién te atienda o que no hayan insumos, de las fallas eléctricas, de ser uno de los países con mayores reservas de petróleo y no tener gasolina, de que debamos decidir entre guardar el agua para cocinar o bañarnos, de ir al mercado y que no alcancen los reales.

Tenemos que seguir enfocados, exigir nuestros derechos, y así nos apliquen operación morrocoy, ir preparándonos para votar. Recuerda que “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.

Cada vez que te quedas varado bajo una pepa e’ sol esperando horas por un bus, que esto sea un motivo para votar y no un desaliento. Que cada problema sea un empuje a que democráticamente logremos el país que queremos y nos merecemos.

Hagamos de cada iniciativa positiva una regla y no una excepción. Sumemos corazones y seamos perseverantes. Y qué mejor ejemplo que Los Tiburones que esperaron 38 años para ganar el campeonato de béisbol profesional y lo lograron. Nosotros este año tenemos ya acumulado un cuarto de siglo con el chavo-madurismo en el poder. Así que sí podemos, no permitamos que nos roben las ganas, las esperanzas, la fe.

Saliendo a la chamba voy yo, pero nos estamos viendo, me encanta leerte, escríbeme. ¡Dios te bendiga!