La calamidad de Cumanacoa 🙏🏻🇻🇪

Aún no salgo de mi asombro. Primero, por lo vulnerables que somos, y segundo, por cómo se repite la historia: todos los años llueve y empieza el caos. Ahí tenemos a Cumanacoa, el más vivo ejemplo de esta calamidad.

¿Qué fue Patillero, todo bien?

Aún no salgo de mi asombro. Primero, por lo vulnerables que somos, y segundo, por cómo se repite la historia: todos los años llueve y empieza el caos. Ahí tenemos a Cumanacoa, el más vivo ejemplo de esta calamidad.

¿Se pudo evitar? Nadie lo sabe, pero sí pudo haber sido menos grave ¿Cómo es eso? Bueno, si hace doce años cuando ocurrió la primera gran tragedia, al menos la que yo recuerdo, se hubiesen tomado los correctivos que prometió el mismísimo Hugo Chávez, como dragado del río y reubicación de los que están en la patica del río Manzanares, creo que otro hubiese sido el desenlace.

Y para colmo, me enteré que los policías y militares están reteniendo las ayudas para los damnificados de Cumanacoa. Se está repitiendo la misma historia que ocurrió en Las Tejerías. Pero dentro de la desgracia, siempre hay una luz, y así vimos cómo los venezolanos unidos, somos poderosos. Funcionarios de Protección Civil y bomberos junto a vecinos se enfocaron en ayudar a los más afectados, sin importar el cansancio, había que ayudar y punto.

¡Te sigo contando!

Es que estamos en el país de las incongruencias, porque hay plata para unas cosas, pero no para lo necesario. Si no pregúntale a los primos que requieren ir a un hospital, a los que se quedan a oscuras por horas o simplemente no tienen agua.

Apenas nos faltan 19 días para salir a votar y definir un cambio de rumbo para el país. Cada voto cuenta, hay gente que ha organizado a sus gremios, otros organizan a sus familias, todos lo hacen por la necesidad de sacar a este nefasto gobierno porque estamos agotados con esta crisis, pero jamás derrotados.

Hoy cobra más fuerza que nunca esa popular frase que dice: “ayúdate que yo te ayudaré”. Somos parte del milagro, mis primos, nuestro aporte será un voto, claro, y cuidarlo también. Ese 28 de julio será un día de esperar hasta el final de la jornada y después a cobrar el triunfo.

Me voy porque estamos enseñando a votar a un gentío. ¡Dios te bendiga!

¿Qué más está pasando?

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