En el corazón de Chicago, el emprendimiento de María Eugenia Uzcátegui se ha convertido en una referencia gastronómica que enaltece la cocina venezolana.

Lo que inició como una venta improvisada de arepas en la calle, hoy es un negocio familiar con tres restaurantes en funcionamiento. Junto a su esposo, chef de profesión, y su familia, María Eugenia apostó por llevar un “pedacito” de Venezuela a Estados Unidos, venciendo barreras como el idioma, el desarraigo y los desafíos del emprendimiento.

La clave de su éxito, asegura, ha sido la constancia y el compromiso con ofrecer un producto auténtico, sabroso y presentado con esmero.

Rica Arepa no solo atrae a la comunidad latina, sino que ha despertado la curiosidad de estadounidenses y comensales de distintas nacionalidades.

Con un menú diverso que respeta sus raíces y una atención cálida, el proyecto representa mucho más que un restaurante: es una ventana cultural y un testimonio de resiliencia.

“No tenemos recetas secretas, tenemos ganas de trabajar y dejar el nombre de Venezuela en alto”, afirma con orgullo la emprendedora margariteña..