Sanguinarios sancionados

EEUU impuso sanciones a 21 altos funcionarios del régimen de Nicolás Maduro, acusándolos de "represión" y de intentar "robar las elecciones" presidenciales del 28 de julio, donde se proclamó la reelección de Maduro. Este resultado ha sido cuestionado tanto por la oposición como por parte de la comunidad internacional. La nueva ronda de sanciones llega en un momento clave, ya que la administración de Joe Biden, que dejará el poder el 20 de enero, ha reconocido al opositor Edmundo González Urrutia como el "presidente electo" de Venezuela.

Entre los sancionados se encuentran figuras clave del gabinete de Maduro, como Aníbal Coronado, ministro de Despacho de la Presidencia; Freddy Ñáñez, ministro de Comunicación y Julio García Zerpa, ministro de Servicios Penitenciarios.

Las sanciones bloquean todas las propiedades de los implicados en Estados Unidos y prohíben cualquier transacción financiera con ellos. Hasta ahora, el Tesoro estadounidense ha sancionado a 150 chavistas y cerca de un centenar de entidades por llevar a cabo "acciones antidemocráticas".

Pasaje urbano en Venezuela se fija entre 16 y 18 bolívares a partir del #1Dic

La llegada de Armando Benedetti a la Casa de Nariño ha generado un gran revuelo en el gobierno de Gustavo Petro. Tras su renuncia como embajador ante la FAO, varios ministros expresaron su descontento, incluso solicitando una reunión privada con el presidente para discutir la situación. Benedetti, quien se convierte en asesor político del mandatario, ha dejado claro que su relación con el gobierno es compleja, especialmente tras su enfrentamiento con Laura Sarabia, quien fue su aliada y luego rival.

Benedetti ha manifestado su descontento por no recibir el trato que considera merecido, lo que ha llevado a una serie de audios filtrados donde amenaza con revelar información comprometedora. En estos audios, expresa su frustración por el maltrato que ha recibido y advierte sobre las consecuencias de sus acciones, sugiriendo que podría "explotar" si no se le da el espacio político que demanda.

A pesar de su nueva posición, Benedetti enfrenta múltiples investigaciones judiciales y ha decidido someterse a un proceso de rehabilitación por problemas de salud y adicciones. Su regreso a Colombia y al entorno político plantea interrogantes sobre el futuro del gobierno Petro y las dinámicas internas que podrían afectar su estabilidad.