Un antojo que se hizo historia

Convertir un antojo en una marca con identidad propia y proyección internacional no es tarea sencilla.

¡Buenos días Patillero!

Convertir un antojo en una marca con identidad propia y proyección internacional no es tarea sencilla.

Desde Madrid, dos venezolanos —un caraqueño y un oriental— decidieron hacerlo posible con “¡Qué empanadas!”, un emprendimiento que mezcla autenticidad, innovación y orgullo por las raíces.

Su misión: llevar la esencia de la empanada venezolana a un público global, sin perder su alma criolla.

José Alves, cofundador de la marca, asegura que cada empanada “se hace a mano y con alma”, y esa autenticidad es su principal secreto. Con masa crujiente, guisos caseros y más de quince sabores —desde cazón hasta pabellón o cordon bleu—, la propuesta ha conquistado paladares en España y Estados Unidos, convirtiéndose en un referente de la gastronomía latina.

El éxito ha sido tal que el equipo ya alista su siguiente paso: una sorpresa en Madrid que promete marcar un nuevo capítulo en su historia.

Lo que nació como un sueño de migrantes se transformó en una marca que une tradición y modernidad, demostrando que el sabor venezolano no conoce fronteras.

Juguito de Patilla

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