Un pocote de gente presa ⛓️🇻🇪

Estamos contentos al ver que algunas madres pudieron reencontrarse con sus hijos, detenidos, en la mayoría de los casos, de forma arbitraria durante los eventos postelectorales en rechazo a los resultados que dieron como “ganador” a Nicolás Maduro. Pendientes, primos, que los ojos del mundo están sobre nosotros.

Las cárceles de Tocorón, Tocuyito, Yare, Los Teques y algunos centros de reclusión policiales, fueron escenarios de reencuentros familiares, una alegría para quienes pudieron “salir en libertad”. Aunque supe que no pueden hablar de sus procesos y no está claro si las liberaciones fueron plenas o los excarcelados están bajo presentación en los tribunales.

Lo cierto es que aún queda un poco de gente presa, líderes de oposición piden que todos sean liberados. Ojalá esto se cumpla pronto.

Te cuento todo esto de los detenidos postelectorales, porque con tantos problemas que hay en cada región, aún hay primos que no están enterados del todo.

Imagínate si viven sin luz, pasan semanas sin agua o haciendo cola para echar gasolina. Cada uno va cargando su cruz personal y a veces no da tiempo de nada, ni siquiera de leer en las redes sociales lo que está pasando en el país.

Por ejemplo, la prima Verónica, la de Maturín, tuvo que cerrar su pequeña empresa, como muchos, por el acoso fiscal, los servicios públicos deficientes y carísimos, la devaluación de los últimos días. Aquí no hay quién aguante. Esa “recuperación económica” de la que tanto habla el régimen, se queda solo en bonitos discursos estériles.

Ojo, tampoco podemos olvidarnos de la naturaleza, que este año nos ha dado con todo: las lluvias no paran, extraños fenómenos como mareas altas inundando pueblos costeros, las trombas marinas, entre otras cosas. Y por otro lado, la desidia de algunas empresas, como Pdvsa, que sigue destruyendo los ecosistemas marinos. Si no me crees, pregúntale a los primos de Falcón.

Bueno, te dejo, tengo que ir a buscar gasoil que otra vez está escaso, uno no puede ni trabajar. Esto es una locura, como los retos esos de las redes sociales. Hay que hablar con nuestros chamos, porque pueden ser fatales.

Gracias por escribirme, así no me siento tan solo. ¡Dios te bendiga!