En Cabo Cañaveral, donde SpaceX suele brillar, un cohete Falcon 9 despegó con un giro inesperado: no llevaba satélites de Elon Musk, sino cinco enormes antenas de AST SpaceMobile.

¿La misión? Reinventar la conectividad satelital, directamente a tu celular.

AST no quiere competir en casas u oficinas, como hace Starlink. Su ambición es mayor: llevar internet a cualquier rincón del planeta, incluso donde no hay torres.

Imagínalo: hacer una videollamada mientras haces senderismo o navegas en alta mar, sin cambiar de teléfono.

Mientras Starlink apuesta por miles de satélites pequeños, AST cree que con 90 antenas gigantes bastan.

Ya logró videollamadas exitosas con celulares comunes y apunta a lanzar 60 satélites más antes de 2027.

Su fundador, Abel Avellan, ingeniero venezolano, no es nuevo en esto. Conoce el negocio y tiene a AT&T, Vodafone y Verizon de su lado.

¿David contra Goliat? Tal vez.

Pero con visión, músculo tecnológico y aliados clave, AST se atreve a soñar más alto.